Responsabilidad Social Empresarial (RSE), también llamada Responsabilidad Social Corporativa (RSC), es la contribución activa y voluntaria de las empresas al mejoramiento social, económico y ambiental con el objetivo de mejorar su situación competitiva y su valor añadido. Bajo este concepto de administración y de management se engloban un conjunto de prácticas, estrategias y sistemas de gestión empresariales.
La RSE va más allá del cumplimiento de las leyes y las normas, dando por supuesto su respeto y estricto cumplimiento. En este sentido, la legislación laboral y las normativas relacionadas con el medioambiente son el punto de partida.
El cumplimiento de estas normativas básicas no corresponde con la Responsabilidad Social, sino con las obligaciones que cualquier empresa debe cumplir simplemente por el hecho de realizar su actividad.
Sería difícilmente comprensible que una empresa alegara actividades de RSE si no ha cumplido o no cumple con la legislación de referencia para su actividad, pero si la empresa solo cumple la legislación nacional no significa que sea socialmente responsable.
Como parte de la RSE destaca el interés por la sostenibilidad. Además, caben en ella las prácticas relacionadas con el buen Gobierno de las compañías, como son: la democracia corporativa (las relaciones de poder al interior de la empresa); el espíritu de cooperación de la empresa (kyosei en japonés) con sus clientes, proveedores, competidores, Gobiernos; los compromisos de transparencia que adquieren las empresas con la sociedad y que se hacen efectivos a través de la rendición de cuentas en forma, normalmente, de informes o memorias anuales verificables por organismos externos; la ciudadanía corporativa entendida como los derechos y obligaciones de la empresa dentro de la comunidad a la que pertenece.
La RSE puede enfocarse a mejorar:
La RSE puede ser un diferencial de marca. En un mercado altamente competitivo que lucha por ofrecer un producto diferente, la RSE puede jugar un rol decisivo a la hora de asegurar la lealtad del cliente o consumidor final basado en valores éticos. Desde otro ángulo, la falta de cumplimiento de estándares englobados en el concepto de RSE puede afectar directamente la competitividad en un mercado, cerrando la puerta de acceso a los clientes más exigentes.
El primer componente para aplicar el enfoque de RSE que garantiza el buen funcionamiento de toda la actividad empresarial es la responsabilidad legal, lo que conlleva al cumplimiento de todas las leyes y regulaciones del gobierno.
A partir de aquí le corresponde a la empresa cumplir con un comportamiento aceptable hacia los grupos de interés o “stakeholders”, haciendo lo correcto, lo justo y lo equitativo más allá de lo que la ley requiere en cuanto a el entorno laboral y medio ambiental, lo que se conoce como responsabilidad ética.
El tercer componente es la responsabilidad económica se relaciona con la forma en que están distribuidos dentro de la sociedad los recursos para la producción de bienes y servicios, a fin de maximizar las riquezas de los accionistas de la empresa.
El cuarto componente es la responsabilidad filantrópica, que se refiere a las contribuciones de la empresa a la calidad de vida y al bienestar de la comunidad en la que se encuentra, actividades de beneficencia y voluntariado que la sociedad aprueba y desea.
El concepto de RSE se basa en normativas internacionales relacionadas con los derechos humanos, laborales y normas de medio ambiente. Estas son la SA 8000 (Social Accountability 8000), AA1000 (Accountability 1000), ISO 9000, ISO 14001, ISO 26000, OHSAS 18001. También se orienta en los Convenios y Recomendaciones de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) y en 10 Principios del Pacto Global de la ONU.
En la actualidad, los mercados externos comienzan a tomar conciencia sobre la situación social de los trabajadores y de las empresas en otros países del mundo y que, como consumidores, tienen suficiente poder de “veto” a prácticas económicas que no presenten una cadena limpia en cuanto a seguridad laboral, sociedad y medio ambiente.
A partir de los 90´s se ha propuesto la creación de cláusulas sociales en el comercio internacional como una forma de contrarrestar los efectos negativos de la condición de los trabajadores y de la cadena de producción de las empresas en el mundo. Es aquí donde se sientan las bases de los Convenios Internacionales de la OIT, que aplican los mercados más grandes a nivel mundial.
Sí, el entorno social externo, ya sea la comunidad donde se desarrolla la empresa, la sociedad en general y el estado, se convierten en “stakeholders” de mucha importancia para una empresa que tiene que lidiar con presiones políticas y conflictos sociales.
La RSE promociona un mejor comportamiento de la empresa hacia la sociedad, fortaleciendo la capacidad de las empresas de dialogar con la sociedad civil y el estado, lo cual origina un clima social de confianza en el entorno.
La aplicación del concepto de RSE en las empresas bolivianas introduciría mayor estabilidad política y democrática, optimizaría de los índices de competitividad, mejora integral de la calidad de vida, creación perdurable de la riqueza y logro de un crecimiento uniforme y sostenido.